Este sentimiento, sin embargo, no me hace desdeñar los maravillosos atardeceres que ofrece Venecia, en especial aquellos que tan sólo pueden fotografiarse desde los lugares más altos de la ciudad.
Alturas desde las que contemplar Venecia cubriéndose de sombras, coronadas por intensos anaranjados. Monumentos gobernados por un horario que, a priori, no encontrarás abiertos antes del amanecer pero en los que disfrutarás de unas vistas únicas al atardecer.
El invierno es la mejor época para inmortalizar estos atardeceres. Son días en los que la puesta de sol llega con estos monumentos aún abiertos al público.
Durante ese periodo, desde mediado el otoño al inicio de la primavera, la puesta de sol en Venecia se produce antes de las 18:30, momento en el que es posible encontrar la mayoría de los monumentos abiertos. Entre abril y septiembre, con los días más largos y a pesar de las modificaciones en los horarios, la puesta de sol empieza a producirse con algunos de esos monumentos ya cerrados. No obstante, confirma los horarios cuando te plantees acudir.
Campanile de San Marcos
Rozando los 100 metros de altura, el Campanile de San Marcos es el punto más alto desde el que contemplar la ciudad. Esa altura y su localización, en el núcleo turístico veneciano, lo convierten en la primera opción a la que recurrir para fotografiar sus vistas sobre Venecia durante la puesta de sol.
El Campanile nos ofrece una panorámica de 360º: desde la entrada al Gran Canal por la punta de la Aduna, pasando por cada uno de los sestitere, hasta la posibilidad de descubrir la ubicación de otros legendarios edificios de la ciudad.
Gracias a la luz más baja del atardecer también podremos, usando teleobjetivos, aproximarnos a otras conocidas islas de la laguna veneciana como Murano, la isla de San Michele, San Giorgio Maggiore o Lido.
Scala Contarini del Bovolo
Al contrario que otras, ésta no es una de las torres que acostumbran a sobresalir entre los tejados venecianos. Más bien al contrario, está oculta. Ha de ser buscada expresamente y, para eso, debemos localizar el pequeño callejón que desemboca en ella desde la calle delle Locande.
Una torre reconocida por la escalera de caracol (bovolo) que utilizaremos para ascender hasta la terraza superior, donde fotografiar y disfrutar de las vistas hacia la plaza de San Marcos. Unas vistas que, al atardecer, incluyen la propia arcada de la terraza enmarcando Venecia.
Campanile de Torcello
Entre las reducidas edificaciones que pueden encontrarse en la isla de Torcello tenemos la suerte de contar con el campanile de la Basílica de Santa Maria Asunta. Desde lo alto del campanario, además de contemplar la colorida isla de Murano, desde la que llegar a Torcello, tenemos una vista panorámica de la laguna y de un gran número de islas sin poblar, que nos permiten hacernos una idea de cómo era Venecia antes de convertirse en la ciudad de los canales.
Altane, una vista sobre los tejados
La de los altane es una de las perspectivas menos frecuentes y pueden ofrecer, además de la vista al atardecer, una experiencia única en Venecia.
Los altane son estructuras de madera construidas sobre pilares, a modo de terraza, que sobresalen, de tanto en tanto, en los tejados venecianos. Salvo que el edificio sea especialmente bajo, cuentan con grandes vistas de la ciudad desde el interior de los sestiere. Un lugar único desde el que disfrutar del atardecer y esta vez, también, del amanecer. Y, tal vez, acompañar la cámara de una copa de vino.
Terraza Fondaco dei tedeschi
Este edificio, situado al pie de las escaleras del puente de Rialto y con una excepcional fachada sobre el Gran Canal, fue construido debido a la gran actividad comercial de la ciudad, sirviendo de almacén para las mercancías.
Tras tres años de rehabilitación, el edificio actual, que abrió al público en 2016, cuenta con un gran patio central alrededor de cuál se disponen tres plantas que dan cobijo a un gran espacio comercial y de arte.
Con la reforma del tejado se habilitó una gran terraza desde la que se puede contemplar la puesta de sol desde el mismo centro del Gran Canal.
Las visitas duran tan sólo 15 minutos y, aunque es gratuita, es necesario hacer una reserva previa, por lo que es importante calcular bien los horarios.
Campanile de San Giorgio Maggiore
Si hay que decidirse por una puesta de sol, sin duda sería esta.
No hay mejor panorámica conjunta, de la ciudad levantada sobre las aguas, que la que puede fotografiar desde el campanile de la Basílica de San Giorgio Maggiore, en la pequeña isla del mismo nombre.
Partiendo de la derecha la isla de Lido y las distintas rivas y puentes que recorren Venecia desde los jardines de la Biennale.
Al frente una vista icónica, la plaza de San Marcos con sus góndolas amarradas, el palacio ducal, el campanile y las cúpulas de la basílica.
La entrada del gran canal, a la izquierda, escoltado por palacios a un lado y por la Punta de la Aduana y la basílica de la Salute al otro.
Y más a la izquierda el canal de la Giudecca junto con la isla del mismo nombre, de la que sobresale la cúpula de la Iglesia del Santissimo Redentore. Y, tras ella, sobre el horizonte, brillante y redondo, el sol culminando el espectáculo de este atardecer mientras se oculta.
Para llegar hasta la isla no queda otra que usar el vaporeto y encontrarás el campanile abierto hasta las 18:00 horas entre noviembre y marzo y hasta las 19:00 entre abril y octubre.
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