La Noche
Cuando las farolas se convierten en las grandes protagonistas, la ciudad se transforma. Venecia se sacudirá de encima a una multitud de visitantes y se mostrará completamente desnuda a todo aquel que desee recorrerla a la luz de la luna.
El sol es el primero que abandona la ciudad e inicia una procesión que poco a poco va vaciando las calles y canales de Venecia. Es un desfile que, poco a poco, va dejando aparecer a la verdadera Serenissima.
Una Venecia, silenciosa y plácida, dispuesta a ser descubierta sin prisas y molestias. A partir de ese momento la ciudad, sus puentes y canales quedan a entera disposición de los trípodes que quieran pasear bajo la luz de la luna.
Y un paseo por la tranquila noche veneciana permite descubrir luces y sombras, rincones iluminados, ventanas solitarias y canales que se pierden en la oscuridad.
La noche veneciana ofrece imágenes únicas que sólo podrás disfrutar bajo la luz de las farolas.
Es una experiencia que no hay que perderse. Aprovechar la oscuridad y la tranquilidad de la noche para pasear y conocer la ciudad desde otro punto de vista, donde la luz de las dispersas farolas crean ambientes únicos iluminando la ciudad de forma discontinua.
Y durante el carnaval no es difícil encontrarse con una comitiva de máscaras recorriendo los canales en un góndola, cuyo destino no es otro que una fiesta en uno de los magníficos palacios venecianos.