La Ciudad
Venecia, la ciudad que emergió de las aguas para escapar de las invasiones y que conquistó el mundo. Artistas, viajeros, comerciantes, navegantes, constructores, escritores, gobernantes, músicos e incluso picaros y conquistadores, todos encuentran un referente y una inspiración en la ciudad de los canales.
La piazza y la basílica de San Marco, el Campanile, el Gran Canal, Ca d’Oro, el palacio Ducal, la Galería de la Academia, la basílica de Santa Maria della Salute, el palacio Contarini del Bovolo… Como si fuera el aqua alta, Venecia está inundada de lugares que no puedes dejar de ver, magníficos ejemplos que representan a uno u otro arte, a uno u otro siglo…
Grandes iconos, inmejorables protagonistas para extraordinarias fotografías. Pero, si de algo está llena la ciudad de los canales, es de momentos y rincones irrepetibles. La ciudad en si misma es un museo al aire libre, emergiendo de los libros de historia para mostrarse ante nosotros como un lugar único en el mundo. Y si hay algo que hacer en Venecia, es perderse y descubrir a cada giro un nuevo rincón, y esta vez para ti solo, alejado del gentío.
Porque en Venecia la lista de lugares que visitar es interminable, y sólo, aventurándote a través de los pequeños ‘ramo’, hallarás, junto al barrio de Tintoretto, una vista de la laguna que el poeta ruso Brodskij denominaba como ‘la mayor acuarela del mundo’.
De Venecia te llevarás increibles escenarios, pero para descubrir su esencia tendrás que perderte.
Cannaregio, Santa Croce, Dorsoduro o Castello son barrios que ocultan verdaderos secretos en su interior, aunque no tan renombrados como los que albergan los más célebres San Polo y San Marco.
Quién sabe, si en tu pausado caminar en este laberinto de calles y canales, una ventana abierta o cerrada desvía un rayo de luz para iluminar la góndola que, frente a ti, gira en una esquina. O tal vez, como una guinda para el pastel, un enmascarado posa únicamente para ti sobre un pequeño puente, en un cruce de canales, frente a un hermoso palacio.