Pero basta con girar a la izquierda o a la derecha en el primer callejón que se cruce en tu camino para que pasear por esta ciudad vuelva a ser un mágico viaje entre algodones en el que contemplar cuanto te rodea, sin ser arrollado por el estruendoso clamor de pasos engullidores de adoquines.

Y aprovechando que nos alejamos de bullicio dispondremos de más tranquilidad para ir a la búsqueda de rincones únicos y escondidos que nos ofrece esta fascinante ciudad.

Dragón en balcón veneciano
A tres pasos del bullicio, escapando por una pequeña calle, encontraremos este dragón del siglo XIV.
Puente sin pasamanos en Venecia
Así fueron, en algún momento, todos los puentes de Venecia: sin pasamanos. Ahora sólo queda éste.
Bajorrelieve de rata en una columna en Venecia
El bajorrelieve de una rata en esta columna que da al gran canal recuerda la peste de 1644, en la que perecieron más de 60.000 personas.
Brocal con árbol en Venecia
De brocales está llena Venecia, pero en pocos encontrarás un árbol creciendo.
Puente de tres arcos en Venecia
Ponte dei Tre Archi, el único puente de tres arcos que hay en Venecia.